¿Puedes congelar grosellas rojas? Si es posible ! La congelación le permite disfrutar del sabor de las grosellas mucho después del final del verano para hacer pasteles y otras delicias en los fríos días de invierno.
¿Cómo congelar las grosellas?
1 Lave bien las grosellas en agua fría y luego escúrralas.
2 Toma una bandeja para hornear y cúbrela con papel de hornear. Luego coloque las grosellas en la bandeja para hornear. Asegúrese de que las grosellas estén bien espaciadas y no se toquen. Por lo tanto, las grosellas se congelarán individualmente y no formarán un solo grupo.
3 Coloque la bandeja para hornear en el congelador durante 2-3 horas.
4 Una vez que las grosellas estén congeladas, saca la bandeja para hornear del congelador. Luego, transfiera las grosellas a un recipiente de plástico o una bolsa hermética para congelador.
5 Selle bien la bolsa o el recipiente del congelador. Etiquete la bolsa o el recipiente con la fecha y el contenido, luego devuelva las grosellas al congelador.
¿Cuál es la vida útil de las grosellas rojas en el congelador?
Las grosellas se mantendrán durante unos 10 a 12 meses en el congelador. Aunque conservan su sabor y nutrientes durante casi un año, lo mejor es consumirlos lo antes posible.
Si planeas conservar las grosellas durante mucho tiempo, considera congelarlas mientras aún estén muy frescas. Por lo tanto, sus grosellas retendrán sus nutrientes y se mantendrán deliciosas incluso después de varios meses.
¿Cómo descongelar las grosellas rojas?
Para la mayoría de recetas, no es necesario descongelar las grosellas. Simplemente puede enjuagarlos con agua corriente y usarlos directamente sin descongelarlos.
Si desea descongelar sus grosellas, simplemente colóquelas en un recipiente lleno de agua tibia. Las grosellas solo tardarán unos minutos en descongelarse.
Una vez descongeladas, son más delicadas que las grosellas frescas, así que manipúlelas con cuidado y úselas dentro de los 2 días posteriores a la descongelación.
¿Puedo volver a congelar las grosellas rojas?
Sí, puedes volver a congelar las grosellas rojas. Solo asegúrese de volver a congelarlos lo más rápido posible para evitar el crecimiento de bacterias.